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martes, 5 de febrero de 2013

¿Dónde estás?


Se lo imaginaba hacía mucho tiempo. Sabía que acabaría como los demás, pero aún así no quería aceptarlo.

Hacía frío, demasiado frío en ese lugar. Era un espacio pequeño y yerto con demasiados individuos y a pesar de todo lo que más reinaba era la soledad. “Uno más” murmuraban algunos sin reconocerle. No sabían lo equivocados que estaban. No era uno más, era el último. Otros, sin embargo, lo reconocían y no podían estipular palabra sin creer lo que examinaban. “No puedes ser tú” exclamó alguien entre la multitud. Todo quedó en silencio. Nadie respondió. Todos sabían ya la respuesta.

Destrozado, aquel que todos observaban, intentó luchar contra la propia voluntad. Intentó escapar del encierro por sus propios medios pero solo había alguien capaz de liberarlos a todos, y ya nunca lo haría. Su presencia lo demostraba.

“!Por qué has tenido que aparecer! ¡No es justo!” Todos empezaron a ponerse nerviosos y castigarlo sin entender que él no tenía la culpa de nada. Era más víctima que ninguno de ellos.

YA TODO HABÍA FINALIZADO. NO HABÍA NADA QUE SE PUDIERA HACER. LA ÚLTIMA ESPERANZA HABÍA DESAPARECIDO.

“¡No!” gritó el ser percatándose de lo que significaba para ellos. “Esto no ha acabado, estoy seguro de que en alguna parte hay un pedacito de cada uno de nosotros, ¡No podemos desaparecer así!” Todos intentaron imaginar que eso era posible, pero algunos llevaban demasiado tiempo presos y ya no había nada que iluminara su tristeza. “Hemos perdido, reconocedlo nos han ganado” exclamó uno de ellos. “No pienso creer eso, todavía hay esperanza” el sujeto no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente. “!Tiene razón no podemos rendirnos!” exclamó otra persona. Un eco de voces al unísono se unió al nuevo entusiasmo, el ánimo de la vida, las voces aclamaban LIBERTAD. 

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Mucho tiempo después las voces seguían aclamando y luchando. No era fácil escapar del rincón más apartado del alma una persona pero seguirían intentándolo. Siempre.  Porque la bondad, la amistad, el amor, la solidaridad y todos los sentimientos buenos no podían quedarse encerrados junto con su última esperanza. EL CORAZÓN. 


2 comentarios:

  1. Me he quedado muda Meris Moart es impresionante la manera que tienes de plasmar los sentimientos que se encuentran en el corazón. Aunque al principio no está muy claro me encanta el final donde el texto expresa que hay un lugar donde no se terminan nunca los sentimientos ni las emociones. Es increíble me encanta. =)

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    1. Me alegro que te guste ;) Solo una cosa; en realidad no es que exista un lugar donde no se terminan los sentimientos "buenos". Lo que quiero expresar es que a veces vamos perdiendo nuestros buenos sentimientos hacía otras personas y digamos que esos sentimientos se quedan "encerrados" en el interior del alma. No es que desaparezcan sino que simplemente la persona nos los deja salir. Cuando la situación es ya muy extrema y la persona por influencias externas deja de confiar en lo "bueno" entonces pues yo digo que pierde el corazón que es para mí donde se guardan esos sentimientos. Es como digo "la ultima esperanza" si se pierde el corazón se pierden todos los sentimientos agradables.
      Espero que así entiendas mejor el texto
      Saludos :)

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