Se lo imaginaba hacía mucho tiempo. Sabía que acabaría como
los demás, pero aún así no quería aceptarlo.
Hacía frío, demasiado frío en ese lugar. Era un espacio
pequeño y yerto con demasiados individuos y a pesar de todo lo que más reinaba
era la soledad. “Uno más” murmuraban algunos sin reconocerle. No sabían lo
equivocados que estaban. No era uno más, era el último. Otros, sin embargo, lo
reconocían y no podían estipular palabra sin creer lo que examinaban. “No
puedes ser tú” exclamó alguien entre la multitud. Todo quedó en silencio. Nadie
respondió. Todos sabían ya la respuesta.
Destrozado, aquel que todos observaban, intentó luchar
contra la propia voluntad. Intentó escapar del encierro por sus propios medios
pero solo había alguien capaz de liberarlos a todos, y ya nunca lo haría. Su
presencia lo demostraba.
“!Por qué has tenido que aparecer! ¡No es justo!” Todos
empezaron a ponerse nerviosos y castigarlo sin entender que él no tenía la
culpa de nada. Era más víctima que ninguno de ellos.
YA TODO HABÍA FINALIZADO. NO HABÍA NADA QUE SE PUDIERA
HACER. LA ÚLTIMA ESPERANZA HABÍA DESAPARECIDO.
“¡No!” gritó el ser percatándose de lo que significaba para
ellos. “Esto no ha acabado, estoy seguro de que en alguna parte hay un pedacito
de cada uno de nosotros, ¡No podemos desaparecer así!” Todos intentaron
imaginar que eso era posible, pero algunos llevaban demasiado tiempo presos y
ya no había nada que iluminara su tristeza. “Hemos perdido, reconocedlo nos han
ganado” exclamó uno de ellos. “No pienso creer eso, todavía hay esperanza” el
sujeto no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente. “!Tiene razón no podemos
rendirnos!” exclamó otra persona. Un eco de voces al unísono se unió al nuevo
entusiasmo, el ánimo de la vida, las voces aclamaban LIBERTAD.
--
Mucho tiempo después las voces seguían aclamando y luchando.
No era fácil escapar del rincón más apartado del alma una persona pero
seguirían intentándolo. Siempre. Porque
la bondad, la amistad, el amor, la solidaridad y todos los sentimientos buenos
no podían quedarse encerrados junto con su última esperanza. EL CORAZÓN.
Me he quedado muda Meris Moart es impresionante la manera que tienes de plasmar los sentimientos que se encuentran en el corazón. Aunque al principio no está muy claro me encanta el final donde el texto expresa que hay un lugar donde no se terminan nunca los sentimientos ni las emociones. Es increíble me encanta. =)
ResponderEliminarMe alegro que te guste ;) Solo una cosa; en realidad no es que exista un lugar donde no se terminan los sentimientos "buenos". Lo que quiero expresar es que a veces vamos perdiendo nuestros buenos sentimientos hacía otras personas y digamos que esos sentimientos se quedan "encerrados" en el interior del alma. No es que desaparezcan sino que simplemente la persona nos los deja salir. Cuando la situación es ya muy extrema y la persona por influencias externas deja de confiar en lo "bueno" entonces pues yo digo que pierde el corazón que es para mí donde se guardan esos sentimientos. Es como digo "la ultima esperanza" si se pierde el corazón se pierden todos los sentimientos agradables.
EliminarEspero que así entiendas mejor el texto
Saludos :)